Las 3 de Netflix

Historia de un matrimonio

(Marriage Story, Noah Baumbach , 2019)

Un film sobre las relaciones amorosas o sobre su desintegración, una mirada cercana que escudriña en la épica intimista que muchas veces toma cuerpo en los vínculos de pareja. ¿Cuánto de sí mismo y del otro logra sobrevivir?

Los protagonistas de esta historia son Charlie (Adam Driver) y Nicole (Scarlett Johansson), un director y una actriz que quiere devenir directora. Son un matrimonio joven con un hijo que vive en New York y que logra compartir la vida y los ensayos con disfrute, o al menos eso parece. La puesta en escena teatral parece ser la del propio relato sobre la relación amorosa, dado que se trata de una película de cámara, de un duelo actoral (se lucen ambos, imposible pensar en otro que en Driver, bastión del cine indie americano y actor recurrente del director junto con uno de sus actores fetiches Ben Stiller), filmado sobre todo en espacios interiores, con pocas locaciones. Con ciertos ecos más o menos lejanos en cada caso a películas de crisis amorosas como La guerra de los Roses (Danny de Vito), Annie Hall (Woody Allen, 1977), Kramer vs Kramer (Robert Benton, 1979) entre muchas otras, y con dramas intimistas bergmanianos como Sonata de otoño (1978) y, sobre todo, Escenas de la vida conyugal (1973). Entre Los ángeles y Nueva York como territorios, cada rasgo de la construcción de personajes se volverá elocuente sobre la lucha por reencontrase consigo mismos. Para ello, como suele pasar con este tipo de películas, se hará uso de unos pocos actores secundarios convincentes que permitan, a la vez, no dejar de lado el conflicto principal. Unos abogados que los hacen ser quienes no son, la amiga del director Laura Dern que viene de pasar un resonante divorcio con una mediática abogada, en un rol similar, un Alan Alda tan discreto como acertado, Ray Liotta como otro más ambicioso, el hijo de la pareja, Julie Hagerty como la madre de Nicole y los miembros de la compañía teatral todos giran alrededor de ellos y están ahí para definirlos. Noah Bauchman (Frances Ha, Mientras somos jóvenes, Los Meyerowitz) el director del film, tuvo que aclarar muchas veces que no se trata de su propia historia con la actriz (como en la película trabajaba con el director) y directora Greta Gerwig (se estrena su versión actual de Mujercitas), tal es la cercanía y verdad que se logran crear en escenas menores pero sentidas, como cuando Charlie canta Being Alive del musical Company del aclamado y fructífero Stephen Sondheim y la visita de la asistente social entre otras.

Con un principio memorable en el que se plasma la mirada amorosa de uno sobre otro, el recorrido propone un seguimiento cercano al valor de palabras, miradas y gestos que componen el discurso amoroso como un análisis conciso de qué se trata eso de estar con el otro cuando el desgaste apodera de los días.