The quiet girl

(…)

– Mira, ahora hay tres luces allí donde antes había dos.

Miro el mar. Allá, las dos luces brillan intermitentemente como antes, pero hay otra luz quieta, que también brilla.

¿La ves? – me pregunta.

Sí -digo-. Allá está.

Y eso pasa cuando me rodea con sus brazos y me atrae hacia sí como si fuese su propia hija.

Tres luces. Claire Keegan.

Basada en el libro de la brillante escritora irlandesa Claire Keegan, Foster. Editado en Argentina por Eterna Cadencia, con el traductor de la autora en nuestro país, Jorge Fonderbrider con el título Tres luces en lugar del original, Foster.

Aquí también estamos ante un relato pequeño, sobre el camino de una niña de nueve años, Cáit, que pasa un verano en lo de una familia lejana en la Irlanda rural de los años 80. Ubicada en la Irlanda rural de los años 80, narra el proceso de construcción de una subjetividad a través de la mirada amorosa de estos padres sustitutos de un verano. En sintonía con la rigurosa y precisa escritura de Keegan, el director, Colm Bairéad, y la directora de fotografía Kate McCullough, construyen un relato de pocas palabras en cuadros donde la naturaleza y la luz son fundamentales en lo que se cuenta (y lo que no se dice).

Es interesante pensar cómo logra un film tan depurado y sencillo, encabalgar una corrida final en donde todo se resignifica una liberación de emoción tan contundente.

Nuevamente una película irlandesa, como Los espíritus de la isla (Banshees of Inisherin, Martin McDonagh), nominada al Oscar 2022 como mejor película extranjera/ internacional (compitió junto con Argentina 1985, Sin novedad en el frente), es la primera vez que una película hablada en gaélico se presenta en esta premiación.